Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin
Jorge Luis Borges
se desprende de un enjambre volátil mi canción
como el pólen que flota en primavera
y es la alegría de las flores
algunos hombres salen de sus casas
mientras otros se hunden en un pantano
son como el gólem
al que un rabino dio hálito de vida
inscribiendo en su frente
la palabra emet, verdad
pero al manifestarse
su naturaleza monstruosa
terminó extrayéndole un alef
para dejarle sólo la terrible orden
met, muere!
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